Peso pesado
Mario Arend Economista senior de BTG Pactual
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Mario Arend
Después de cuatro años de un aletargado crecimiento económico, la economía chilena comienza a dar señales de entrar en un ciclo de mayor dinamismo. Las fuerzas que alientan la demanda son sustantivas tanto por el lado externo, con un mayor precio del cobre y crecimiento mundial, como también por el frente local, con una confianza privada de vuelta a niveles de optimismo y un importante impulso monetario. La fuerte apreciación del tipo de cambio en los últimos meses es, en gran medida, un reflejo de estas positivas fuerzas sobre la economía chilena.
Tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el peso chileno ha sido una de las monedas emergentes que más se ha apreciado frente al dólar, con un aumento de 5% en términos multilaterales, esto es respecto a las monedas de nuestros socios comerciales. De esta forma, podemos estimar que el tipo de cambio real, el cual considera los diferenciales de inflación, se ubica actualmente un 7,9% por debajo del promedio histórico de los últimos 15 años y tan sólo 0,6% por sobre el nivel de intervención cambiaria del año 2011.
Dadas las fuerzas locales, sumado a las tendencias depreciativas para el dólar a nivel global, es poco probable que el Banco Central busque contrarrestar mediante una intervención cambiaria la fortaleza del peso. Más allá de ciertos flujos por transacciones importantes en el mercado de capitales y/o movimientos de portafolio de las AFP desde el exterior al mercado doméstico, son pocas las razones para pensar que los actuales niveles del tipo de cambio obedecen a una distorsión exógena y transitoria en el mercado cambiario.
El fuerte nivel del peso probablemente llegó para quedarse y es posible que la tendencia apreciativa continúe durante 2018. Para este año, la moneda nacional podría moverse hacia niveles de 575 pesos por dólar. Una perspectiva externa más favorable, con mayores precios del cobre y flujos de capital positivos hacia los mercados emergentes, son factores relevantes para la fortaleza del peso chileno.
A nivel interno, las proyecciones de crecimiento económico a mediano plazo se han incrementado junto con los niveles de confianza empresarial, y el mercado prevé que el Banco Central, después de un periodo de pausa, inicie un proceso de normalización, comenzando a elevar la tasa de política monetaria hacia fines de este año. Todas estas fuerzas apuntan claramente a una apreciación del peso.
Como un riesgo a esta visión, cabe destacar la posibilidad de un fortalecimiento del dólar internacional si es que la Reserva Federal de EEUU acelera el ritmo de normalización de su política monetaria por delante de otros bancos centrales de países desarrollados.